CARTA A CARLOS. JARANDILLA 21 DE ABRIL 2006
Este viernes he venido para estar contigo todo el tiempo, dícese, a tiempo completo, pues mamá está en Plasencia. Hemo ido a Losar. Metías tus pies por los surcos donde corre el agua y acabaste mojado. De nada sirvió reñirte. En la Plaza de España te distraías con el agua y con tu pelota de playa medio deshinchada. En casa, después de la cena, te tomaste el biberón. Mientras chupabas, yo te miraba y poco a poco te quedabas dormido, abriendo solo los ojos cuando algo te sobresaltaba. Te he mirado y he querido hacerlo mientras te tenía cogido entre mis brazos, dormido, plácidamente dormido. Tu boca, tus labios, son de tu madre. Con ellos besarás y mientras pienso esto, recuerdo aquella tarde de Santiago ( 12 de julio de 2001 ), en la que besé también esos mismos labios, sin saber que dentro de ellos estabas tú también escondido, esperando. ¿ A quién besarán esos labios?. ¿A quién enamorarán ?. Mientras pienso esto y compruebo la magia del misterio, te vas quedando más y más dormido, entreabres los labios y se te ven los dientecillos de leche. He llorado de emoción, hijo mío, tesoro, verdadero tesoro, que después de miles de años escondido, hemos conseguido desenterrarte.
Jarandilla, en casa, 21 de abril de 2006
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