SIN TÍ
Sin ti.
¿ Como se hace, hijo mío, el otoño sin tí?
Como se hace estar sin tí,
mientras el otoño grita por la calle y se deshoja
sobre todo lo que ocupa la tierra y allá en el ocaso?
Recuerdo tu olor, también la superficie de tu cuerpo,
tu tamaño, tu inquietud, tu mirada, tu calor.
Recuerdo todo ello y a veces,
tengo que confesar,
que me sirve para sostenerme
sobre estas olas de presente incierto
como un salvavidas en medio de la nada.
Pero a veces, ese recuerdo.....
mi hijo, tu lo vas a saber pronto.
El recuerdo. ¡ que palabra !
Ese recuerdo se deshace y
llevado por el viento
va a posarse sobre los tejados oscuros
y desaparece como el polvo.
Y entonces,
¡ que desnudo e inhabilitado me encuentro !
que estúpida forma que camina soy
que ni siquiera se apresura para hacer sombra
y camina sin rumbo por las calles de mentira.
Tú si que eres una verdad
que se agiganta como una hoguera,
que crece como un árbol en busca de la luz
que nada le detiene.
Yo estoy ni más ni menos que al acecho
de una suave y tierna caricia
de tus manos
que al acecho,
de que se cuele en mi olfato
esas mágicas partículas de tu aliento,
para seguir así,
sosteniéndome sin tí,
en el recuerdo.
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