Viajeroandaluz

11 octubre 2006

A MI PARQUE

A MI PARQUE


El parque,
mi parque.
Su edad
es la mía.
La savia de sus árboles,
mi sangre.

En su lenta monotonía,
en su agonía veraniega,
el trasiego de mis tardes.

El parque vió
inviernos al viento
y mutilaciones de cuajo
que no dejaron pena,
recuerdo, ni lamento.

Arrancaron, trituraron
¡ cuantas veces!
tu memoria,
tu alimento.
Ignoraron con sed
tu crecimiento.

Mi parque,
mi rincón,
soledad en líquido,
olor de pasto mojado,
mocedad desgranada
a tu dicha.

Camino, cubo,
ascensión de agua
para la tierra
que te protege,
que te alberga.

Cangilones
de mi voluntad,
flexión de mis brazos,
esfuerzo, sudor, ahínco.
Raciones de mi cuerpo
para tu raiz,
para tu ciclo.

Regalas a cambio
casi todo:
diálogo con la tierra,
ternura, cobijo,
sol de tardes de otoño,
promesa, olor,
contraste para mis ojos,
calor.

Tiene tu fuente,
parque mío,
tu alimento en el pozo.
Me tienes entero,
entregado,
inclinado a tu gozo
sobre la atmósfera de vida,
sobre la mina a cielo abierto
que eres para el pueblo.

Me tienes para siempre,
parque mío.
Con mi cubo pequeño,
brazos, cuerpo, voluntad,
todo ello y mis ojos
a tu lado,
bien atento.

Para el Parque de la Constitución. En Villaralto 25 dic. 1998