UNA SEMILLA QUE NO GERMINÓ
Una semilla que no germinó y que
seguramente era una semilla fuerte
Ibas camino de ser, de existir,
de encontrarte de frente
con la luz salpicada de la mañana.
Te agarraste a la vida
como el musgo en la vieja piedra
¡ verde sueño que tú me niegas!.
Ibas a ser camino del tiempo,
arena, viento y dolor,
camino de la especie:
movimiento y calor.
Y no querías sino parecerte
cada vez más a ti mismo,
agarrándote a tus líneas
casi definidas en tu presente ansioso
que con uñas se desliza
haciendo surcos bajos las aguas
hacia la luz y la vida.
¡Alma de pintor!.
Con tus pinturas, tu dibujo.
Con tus manos, tu lienzo.
¡Cortas palabras! : proyecto, forma y concepto.
Y como no te escuchaban, empujaste fuerte
al cristal de mi sentimiento,
que ahora es llanto, lamento.
Luego el vino, la inútil palabra lisiada,
destrozada, desangrada, nada.
Y no fuiste quizá porque te olvidaste
componer las notas verticales
y las coordenadas del tiempo preciso.
Quizá fue, ¡ quién sabe!
porque el otoño devorador te quiso para sus hojas
o porque te echaban de menos
las cunetas cubiertas de grama,
cunetas de mi pena, caminos de tu calma.
¡ Alma tan vacía, alegría tan hueca!.
Campanas de placenta doblaban por nosotros,
oculta tras la niebla
espesa de tus ojos!
Sevilla, 2/dic./97 y 3/abril/98
seguramente era una semilla fuerte
Ibas camino de ser, de existir,
de encontrarte de frente
con la luz salpicada de la mañana.
Te agarraste a la vida
como el musgo en la vieja piedra
¡ verde sueño que tú me niegas!.
Ibas a ser camino del tiempo,
arena, viento y dolor,
camino de la especie:
movimiento y calor.
Y no querías sino parecerte
cada vez más a ti mismo,
agarrándote a tus líneas
casi definidas en tu presente ansioso
que con uñas se desliza
haciendo surcos bajos las aguas
hacia la luz y la vida.
¡Alma de pintor!.
Con tus pinturas, tu dibujo.
Con tus manos, tu lienzo.
¡Cortas palabras! : proyecto, forma y concepto.
Y como no te escuchaban, empujaste fuerte
al cristal de mi sentimiento,
que ahora es llanto, lamento.
Luego el vino, la inútil palabra lisiada,
destrozada, desangrada, nada.
Y no fuiste quizá porque te olvidaste
componer las notas verticales
y las coordenadas del tiempo preciso.
Quizá fue, ¡ quién sabe!
porque el otoño devorador te quiso para sus hojas
o porque te echaban de menos
las cunetas cubiertas de grama,
cunetas de mi pena, caminos de tu calma.
¡ Alma tan vacía, alegría tan hueca!.
Campanas de placenta doblaban por nosotros,
oculta tras la niebla
espesa de tus ojos!
Sevilla, 2/dic./97 y 3/abril/98
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