Viajeroandaluz

27 octubre 2006

SIN TÍ



Sin ti.
¿ Como se hace, hijo mío, el otoño sin tí?
Como se hace estar sin tí,
mientras el otoño grita por la calle y se deshoja
sobre todo lo que ocupa la tierra y allá en el ocaso?
Recuerdo tu olor, también la superficie de tu cuerpo,
tu tamaño, tu inquietud, tu mirada, tu calor.
Recuerdo todo ello y a veces,
tengo que confesar,
que me sirve para sostenerme
sobre estas olas de presente incierto
como un salvavidas en medio de la nada.
Pero a veces, ese recuerdo.....
mi hijo, tu lo vas a saber pronto.
El recuerdo. ¡ que palabra !
Ese recuerdo se deshace y
llevado por el viento
va a posarse sobre los tejados oscuros
y desaparece como el polvo.
Y entonces,
¡ que desnudo e inhabilitado me encuentro !
que estúpida forma que camina soy
que ni siquiera se apresura para hacer sombra
y camina sin rumbo por las calles de mentira.
Tú si que eres una verdad
que se agiganta como una hoguera,
que crece como un árbol en busca de la luz
que nada le detiene.
Yo estoy ni más ni menos que al acecho
de una suave y tierna caricia
de tus manos
que al acecho,
de que se cuele en mi olfato
esas mágicas partículas de tu aliento,
para seguir así,
sosteniéndome sin tí,
en el recuerdo.

ESCRITOS ANTIGUOS

1. Tarde caída de octubre, azul, muy azul. Olor a pueblo, suave, penetrante, cautivador. El ruido de la lluvia al caer en la calle. Comienza, una vez más, con sus notas musicales, la melodía del otoño.
( Fotografía desde mi cuarto de estudio )

2. Y me siento vacío, porque tengo
el corazón lleno.
LLeno de amor, lleno de felicidad,
lleno de anhelo, lleno de tí.
Quisiera darte mi vida,
dulce vida a tu lado.
Quisiera darte mi cuerpo,
para que hilaras madejas
con mis venas,
para que tejieras un vetido
con mis cabellos,
para que tocaras el arpa
con mis huesos
y oyeras la melodía
de mis penas
y sembraras rosas
en mi huerto.
Sentimientos, sentimientos,
salid del corazón,
buscad la mano amada
antes que la luz del alborada
abra los ojos a la razón.

3. La dulce melodía de tus labios
Oye el suspiro de sueño de mi boca.
Liba la abeja de tu corazón, miel de rosa
Impregnando de dulzor los recelos agrios.

Loli, por tí muero,
Loli, por tí siento,
Loli, te miento
si te digo que no te quiero.

Despertar quisiera a mi amada
de su lecho,
jugar con sus cabellos de oro
y sentirme niño en su pecho.

7 de febrero de 1992 .Villaralto


Para Loli, de Villaverde del Río, Sevilla, primavera de 1992


Hay días en verano, solo algunos días, que nos sorprenden con una brisa fría y un sol que deja de ser avasallador para convertirse en cortés. son días que abren el espíritu, despejan la mente y todo a nuestro alrededor cambia de una manera singular. Cuando paseo por las calles de mi pueblo, este adquiere para mí, una importancia simpar, casi de ensueño. Es, en estos días, de paz , de sosiego, cuando me doy cuenta de la felicidad que mana de la vida rural, del transcurrir pausado del tiempo, del encanto de las fachadas encaladas, de las casas viejas, de la anciana enlutada que atraviesa la calle aprisa, con un plato en la mano. De la vida tranquila de la novia morena que guarda una sonrisa cuando voy a verla y de su amor en los labios.
Villaralto.
Miro al fuego de la hoguera que hipnotiza.
Ese constante fluir de llamas,
despierta pasiones y recuerdos.
La influencia que ejerce en mí es inefable.
Me transporta con un halo fantástico a raíces populares
y me conecta con deleite a la vida cotidiana,
sencilla y perenne del campo.
Su calor y hospitalidad relaja la mente
y abona el campo de los sentimientos.
En casa de la abuela 3 de noviembre de 1991
A mí me gustaría caer sobre tí,
como cae la lluvia en esta tarde de otoño,
melancólica, serena, cariñosa.
A mí me gustaría caer sobre tu yó
más íntimo,
como caen esas gotitas
en las copas de los árboles,
sensual, sensitivo, sensible.
Y llenarme de tí.
Y luego, dormir en la nube,
nube roja
del calor de tu cuerpo,
sonriendo, siendo feliz,
no queriendo otra cosa
más que tú y mi yo
convertido en tí.
Respirando tu aire,
viviendo en tu puerto
como un gitanillo
que duerme noche tras noche
debajo de ese puente,
que le habla y le mima,
que le mira y llora.
Y de tanto llorar, nace un río de vino
para ahogar las penas.
Yo quisiera darte la luna menguante
para que durmieras.
Sueños de plata. LLena para iluminar
tus días oscuros.
Y subir a lo más alto
del cielo.
Brillar como un lucero
y pedir al infinito,
infinidad
y al dios del tiempo,
el tiempo
y al dios de la vida,
la tuya
y al dios del amor,
tu corazón.
Sevilla, Acar. Tablada 29 de octubre de 1992
El hombre se desvirtúa considerablemente cuando solo existe para los ojos de los demás. Cuando solo jugamos el papel en el teatro social y contribuimos a la conservación de la especie sin más, el hombre se integra en el reino animal sin saberlo. Debemos revivir nuestro espíritu adormecido y luchar por manifestarnos como individuos independientes. Que nuestra soledad no nos caiga encima como una tormenta ante la que hay que cobijarse y que esta se convierta en el camino para llegar al fondo de nuestra alma. Busquémonos en nosotros y encontraremos la respuesta al mundo y a la vida.
Mi ideal. lunes 13 de enero de 1992
Coge un libro de Antología Literaria, lo abre por una página cualquiera. Lee el Poema de Otoño de Rubén Darío, le interesa, lo vuelve a leer. Se sienta, comienza a desmenuzarlo. Le entusiasma su contenido. Sale fuera y se sienta al sol, sigue leyendo, luego lo deja. Coge el libro El Arte de Amar de Erich Fromm, comienza a leerlo, se tumba en la hierba boca abajo, lee veinte páginas y lo deja. Al día siguiente elige de su biblioteca el libro Demian de Herman Hesse, en Alianza Editorial, comienza a leerlo y lo ve tan interesante que lo termina en un bar, con bastante luz y una manzanilla caliente a su lado. Reflexiona sobre los dos libros y sobre el poema del escritor uruguayo ( error, es Nicaraguense ). Se mira hacia dentro, se explora. Sale a dar un paseo. Ama el entorno natural en un pueblo, cerca del Pirineo, donde un día estuvo tumbado en la hierba bajo el manto azul celeste y un sol cortés y educado. Piensa sobre su vida y se acuesta en una litera.
Sevilla, noche del 15 de septiembre de 1992.
Ahí los tenéis, afanándose cada día con más ímpetu y egoismo por tener más y más dinero y aumentar sus posesiones ( mejorar su imagen ante los ojos del vulgo común y espeso ). ¡ qué asesinato tan cruel contra nuestro espíritu, nuestra dignidad como personas y contra nuestras generaciones venideras!, que sin duda solo encontrarán los despojos de un capitalismo verdugo de tantos y tantos hombres.
Observaciones. 14 de enero de 1992
Y este canto de los primeros días de lluvia, prodigioso amanecer de la primavera, son para tí. Tu sonrisa, tus gestos, tu mirada, comparable a la manifestación más pura de la naturaleza, duerme dulcemente en estos momentos de meditación y gracia que me acompañan, cogiditos de la mano, susurrándome al oído, hablándome en voz baja.
Días grises como tantos otros, bellos, en su romántica tristeza, llano, profundos, sinceros.
Días que no han visto pasar el tiempo, sólidos, imperecederos, vacíos para el hombre insensible, pero magnéticos, atrayentes, para las almas audaces.
Mira mi imaginación al horizonte, justo a la linea divisoria de cielo con tierra, en el claroscuro y difuso límite de sueño y realidad y veo, plasmarse, clara, real, la silueta de tu cuerpo, con la nitidez del sueño más hermoso o la del recuerdo de un momento feliz que ha impreso su rúbrica en nuestro diario rosa.
Estos días son y no otros, los que las sirenas cantan a los marineros náufragos. Los que hacen abrir la ostra de nuestra conciencia y dejan visible las perlas del alma. Estos días son, querida Loli, los que inspiran al poeta y le hacen gritar a los cuatro vientos: Quiero darte mi vida porque mi muerte ya es tuya.
Para Loli, de Villaverde del Río, 17 de febrero de 1992.
Ante una conducta que nos parece indignante. Ante un gesto o una palabra que atente contra nuestra dignidad, contra nuestra integridad, no debemos de mostrarnos, por reacción, coléricos, no debemos de dejar que esto nos produzca desasosiego en nuestro espíritu, ni mucho menos, desconfianza ante el género humano. Demos utilizarlo como algo positivo, tratar de conseguir que el agua salobre o sucia, se convierta en potable, es un esfuerzo y una dedicación y siempre debemos estar dispuestos a realizar. Que la falta de respeto no produzca odio, que la desconfianza no se reproduzca. Tratar de conseguir que los valores espirituales puros, sepulten para siempre todo aquello que atente contra la vida, es un bien venerable y por el que debemos estar dispuestos a defender.
Mi ideal. 24 de enero de 1992
Vivir el presente es haber muerto para el pasado. Cada momento que vamos dejando atrás es una muerte. Sin embargo, volvemos a nacer en el momento que estamos viviendo ahora. Quizá, la vida sea una sucesión de muertes. Y una sucesión de nacimientos
Pensamientos. 3 de febrero de 1992
Aquellas noches perdido en Sevilla. Aquellos lugares, aquellas calles tantas y tantas veces recorridas. Poema de Otoño de Rubén Darío y algunos versos sueltos de Juan Ramón Jiménez o de Jorge Manrique, produjeron un efecto importante dentro de mí al comenzar el tan ansiado 92. Los poetas fueron hombres que vivieron y amaron, dejaron su mensaje para los que fueran capaces de acogerlo. Pasan los días y se van quedando en el fondo del recuerdo, como la arena se queda en el fondo del cauce de un río.