BESOS
BESOS
He puesto agua
con mis besos,
en nuestra boca
peninsular.
Tus labios atrapan,
en vuelo, mis palabras,
el velo de mis palomas,
capturándolas al aire,
con sus redes cautivadoras.
Hay un juego
de cuerdas blancas
cruzadas al viento
y de aspas sangrantes
clavadas al suelo.
Una enredadera
anhelante,
insaciable de dentro,
trepadora de nervio,
nos envuelve
con sus hojas
giradas de caramelo.
Derroche sin gasto,
sin deshechos ni agujero,
solo besos.
Quiso la noche,
voluptuosa,
derramar
en el único verbo,
su canción de sábanas,
notas diseminadas
a lo largo de tu cuerpo,
ya para entonces
tierra proliferada en arcos,
en huecos de sombra
que yo iluminaba.
Tablada, 20 de abril de 1999
He puesto agua
con mis besos,
en nuestra boca
peninsular.
Tus labios atrapan,
en vuelo, mis palabras,
el velo de mis palomas,
capturándolas al aire,
con sus redes cautivadoras.
Hay un juego
de cuerdas blancas
cruzadas al viento
y de aspas sangrantes
clavadas al suelo.
Una enredadera
anhelante,
insaciable de dentro,
trepadora de nervio,
nos envuelve
con sus hojas
giradas de caramelo.
Derroche sin gasto,
sin deshechos ni agujero,
solo besos.
Quiso la noche,
voluptuosa,
derramar
en el único verbo,
su canción de sábanas,
notas diseminadas
a lo largo de tu cuerpo,
ya para entonces
tierra proliferada en arcos,
en huecos de sombra
que yo iluminaba.
Tablada, 20 de abril de 1999